
Por: Gloria Castañeda
Hubo una vez un hombre sabio que vendía sombreros. Caminando por la playa compartía experiencias y enseñanzas del verdadero vivir.
Una vez se le acerco a una bella pareja – turistas del lugar- que admiraban absortos la inmensidad del mar. Irrumpió el silencio cálidamente y dijo: “SI pudiera hacer realidad cualquier deseo, lo único que pediría seria el «aprender a pensar». De qué me serviría tener todas las riquezas y el poder, si no soy dueño de mis pensamientos – y no estoy en paz?
Finalmente antes de irse replicó: “No busquen a Dios cuando sean ancianos y necesiten pedir salud o una buena muerte.. encuéntrenlo ahora en su mente para que los acompañe siempre”. Habiendo dicho esto, el vendedor de sombreros se despidió y desapareció sutilmente en el paisaje.
No busques a Dios en un lugar o con una forma específica. Reconócelo en cada ser…en cada mirada…en cada aliento de vida…allí se acaba la búsqueda y comienza el milagro.
Comments(2)
Maria Gemma Castro Q. says:
noviembre 3, 2017 at 5:30 pmExcelente mensaje. Gratificante para practicarlo.Que bien se siente. Abrazos
Sonia Martínez says:
julio 3, 2018 at 11:13 pmMi deseo es aprender cada día más de UCDM. Gracias